El primer día de trabajo a la semana siempre me parece el más pesado, se trae el sueño de otros días, el resagado y el heredado generación tras generación.
Agregando las travesuras nocturnas, de las que de todo gato es costumbre (excluyendo las malandanzas), el lunes es el peor día para empezar la semana de trabajo. Aún no me acostumbro al horario, ni a los viajes en el camioneta, son largos y son dos para llegar a la oficina.
No bebo, ni tomo ( ? ) pero me cuestiono y me lleno de dudas de pensar que hay mas bolos que su servidor, y en pie, abuena hora, chainiados y dispuestos a trabajar, benditos los chambanecos que enaltecen la fama explotada de nuestra gente.
Espero algun día mejoren mis fuerzas o mis animos, un juguito de naranja madrugador tal vez me anime más :P.
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