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miércoles, septiembre 01, 2010

Ya mucho

Luego de tan corto tiempo en un nuevo trabajo, he dejado de pensar tolerantemente, la comprensión en muchos es más grande debido a que conocen, viven o simplemente ignoran que tan terrible es el entorno en el que laboran, no tengo mucha experiencia, puesto que laboralmente no he tenido mas que cargos sencillos y no de mucha responsabilidad.

En estos días he notado lo que un interesante autor (Alfredo Hoces) plasma en su obra (memorias de un ingeniero) acerca de la delgada linea marrón, siendo mis vivencias diarias totalmente desconcertantes y hasta poco coherentes, al grado de sentirme tal cual Quijote buscando promover software libre en los lugares menos pensados y con las personas que nunca se lo esperan, sirviéndome de realidad alternativa para afrontar la barrera de la incongruencia con la que choco diariamente en mi cotidiano trabajo.

No menosprecio las dignificantes tareas que le dan honor a las personas que ejercen otras funciones ajenas a mi conocimiento, más me es de total repudio el no hacer aquellas cosas para las que me preparé o me esforcé en conocer, es común de un circo ver como sacrifican a algunos animales en presentaciones que ejecuten piruetas ajenas a sus capacidades habituales, como hacer que un perro vestido de payaso produzca risas o una foca resuelva operaciones matemáticas; pero soñé con que la cordura humana (ajena) permitiese valorar las (escasas) habilidades para las que me encuentro calificado, y lejos de ello me dedico a cumplir tal cual chaneque las peticiones que salgan de las ocurrencias eventuales, para resolver necesidades temporales y en ocasiones poco relevantes.

Siempre he buscado salirme del huacal, pero nunca se me ocurrió que fuese (exageradamente) difícil lograrlo bajo instrucciones continuas y simples de "quiero un reporte de lo que fue a hacer", "quiero un reporte de lo que otros fueron a hacer", "quiero un consolidado de todas las (30) variables recopiladas de un evento en el que no ha participado", entre otras cosas que no fuesen nada incomodas de no ser tan continuas y condimentadas con tan explicitas y efectivas ejecuciones de la jerarquía de mando laboral.

Se que habrán muchos bajo circunstancias similares, que por una igual cantidad de variadas razones son capaz de tolerar estar bajo esa línea marrón en la que se encuentran, más quiero expresar mi actual repudio a la autoridad inconsciente, a la carencia de ingenio para opacar habilidades, la falta de pericia de los llamados jefes para poder aprovechar las cualidades de los que estando a su cargo son los que llevan el barco a flote, y lo conducen para bien o para mal al frente, el barco normalmente cambia de capitán y siendo cada nuevo capitán mas desconocedor que el anterior admiro y pido consejo a todos aquellos que forman parte de esas tripulaciones, para encontrar una buena razón, que evite el descontrol e inmolación kamikaze (en sentido figurado) al medio de altamar debida la falta de tolerancia de un pelapapas.

Un dicho muy común se canta ante situaciones ovbias: "zapatero a tus zapatos", pero porque debe ser permitido lo que en la estúpida realidad laboral se ejecute un "carnicero a tus arados"... ¿que es lo que nos vuelve incapaces de transformar esa realidad? deberemos hacer algo para componerla y evitar su reproducción virulenta y tóxica en otros navíos estatales (y no estatales).

No todo en las historias de todo marinero son tormentas... pero vale la pena comentarlas para que otros no naveguen por el mismo rumbo y no cometan el pecado de la hipocresía que nos toca ejecutar para conservar la poca sanidad mental que nos queda, y tal vez en ocasiones para suplir la necesidad de tener un pan en el estómago.

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