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sábado, enero 29, 2011

Cuando las regiones sean una

Es difícil pensar en cambios propios, no se diga ahora como ha de ser de difícil pensar en un cambio mundial, pensar que el moverse de una región a otra no es dejar su tierra, sino simplemente vivir en la misma, ya sea a este lado del charco o al otro bueno sería poder decir estoy en mi tierra, desconozco cual será el futuro de las naciones, pero el futuro de la gente es el que se debería ver con importancia.

Muchos se han ido de nuestra cercanía, y llegan a lugares donde son mal recibidos o no reconocidos, exponiéndose a no tener los beneficios de cualquier otro de ese lugar por el simple echo de no haber nacido ahí, y teniendo la misma sangre y los mismos padres no se consideran iguales.

Las fronteras no la hacen los limites territoriales de nuestros países, las fronteras las hacen las mentes y las intenciones humanas, quienes se sienten propietarios de una tierra que no les pertenece, de un cielo que es de todos, de un espacio que nos ubica a todos, quien sea que halla sido el inventor de la idea de decir que un limite territorial le pertenecía fue el causante de los mas grandes problemas del futuro de la humanidad, como podríamos regresar en el tiempo para enmudecer tan cruel idea que dañaría a tantas generaciones de humanos en el futuro, todos actualmente creen y luchan por esas extensiones territoriales, en vez de luchar por deshacerse de las barreras reales que nos dividen, esforzarnos por que las cosas cambien para bien y no que empeoren para otros en el futuro.

Son pensamientos idealistas pero algún día se lograrán, hay naciones que podrían dar ese tipo de pasos tan importantes como lo es el caso de Centroamérica, donde todos somos tan iguales y pro pronunciar diferente las mismas palabras y las mismas ideas nos separamos.

Aún me ronda la idea de apreciar todo lo bueno que aquí hay en esta división mental a la que llamamos El Salvador, será posible que pueda superar eso y aceptar que para buscar un poco de paz hay que moverse de esos límites imaginarios que nos atan, sabiendo que la paz no solamente consiste en el cese armado sino que eso que todos sabemos que no poseemos en este espacio territorial tan pequeño, donde los interesados en mantener las barreras mentales y territoriales son los que aún no nos permiten vivir la paz tan añorada por años (paz : un estado de tranquilidad o quietud), invito a que cualquier salvadoreño me niegue el echo que aún no vivimos en un estado de tranquilidad y quietud, un estado donde todos podamos convivir con tranquilidad, sin preocupaciones, sin aflicciones ni materiales ni espirituales, donde la quietud se traduce como armonía (no como desempleo)... sueño con eso en El Salvador... pero la falta de eso me invita a alejarme de esta región, más aún no tengo la fuerza para retirarme sin hacer el esfuerzo de dar pie para que esto sea posible para las nuevas generaciones que hemos traído a este legado tan incierto.